miércoles, 27 de marzo de 2019

La educación básica debe desarrollar pensamiento crítico

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 | 2019/03/18 00:01 


Una sociedad democrática y libre debe garantizar que la escuela, la educación, la ciencia y quienes innovan desde lo cognitivo no tengan miedo frente al poder o a otro tipo de presiones. 


En Colombia de alguna manera empiezan a aparecer nuevos miedos en torno al desarrollo de la educación básica y media tales como: la propuesta, por fortuna ya retirada del Congreso Nacional, para limitar la libertad de catedra; la amenaza latente para fortalecer la privatización de la educación; los esfuerzos por deslegitimarlas organizaciones sindicales del magisterio y la falta de recursos para alcanzar una educación oficial de calidad, donde los niños y los adolescentes se formen y aprendan habilidades para desarrollar pensamiento crítico.


El pensar de manera crítica es parte de la historia de la humanidad; la mayoría de las veces el cambio y las grandes trasformaciones para mejorar la vida humana han ocurrido cuando grupos sociales o de trabajo investigativo o individuos especiales de manera reflexiva, pensaron, analizaron y discutieron con otros sobre cómo avanzar y cómo cambiar el estado de cosas para garantizar a la humanidad una mejor calidad de vida; muchos de estos avances se realizaron a pesar del natural conservadurismo de quienes ostentaban el poder o tenían algún tipo de privilegio en la sociedad.



Hoy la humanidad requiere fortalecer el pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad porque aparecieron nuevos problemas. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación han logrado un desmesurado crecimiento de la información, de conceptos, de opiniones, de trabajos científicos para el progreso; pero también, en algunos casos, la circulación de noticias falsas que tienen apariencia real, fake news.


La información, los comentarios y las noticias falsas se planean con el objetivo de producir desinformación y engaño, con la meta de modificar percepciones sociales y voluntades de las personas a favor de una ideología, de un gobierno o de quien está en la oposición, sin olvidar que pueden ocultar intereses económicos, religiosos o culturales, entre otros.

Estamos en un mundo donde se paga a expertos manipuladores de la información para lograr que la verdad se vuelva mentira; hoy se planean mensajes y noticias para que no se razone, para que la mentira como verdad no admita discusión alguna. Quien manipula la información lo hace a partir de conocer pasiones, ideologías partidistas o fanatismos de cualquier especie; el engaño potencia preferencias, odios, amores, liderazgos y adhesiones a una causa o a una persona.
Quien engaña con la noticia falsa conoce que el otro no reclama evidencia, prueba o contrastación alguna. Donde no prima lo cognitivo, la trampa y el engaño con la información se hace fácil.
Este escenario es nuevo para la humanidad, hay nuevos retos para la educación, el pensamiento y la verdad. Educación de calidad es el camino para enfrentar estas trampas de la comunicación moderna. La escuela tiene el desafío de realizar los ajustes pedagógicos y curriculares para que los estudiantes adquieran la habilidad de pensar de manera crítica frente a lo que leen, oyen y ven.
Pensar de manera crítica implica reflexionar, analizar, valorar y tomar posiciones o decisiones en favor de la verdad, lo que hoy no es sencillo. Dewey afirmó que la “reflexión comienza cuando empezamos a preguntarnos por la veracidad, por el valor de una indicación cualquiera, cuando tratamos de probar su autenticidad; por ello, la reflexión implica identificar una evidencia, prueba, aval, garante o un fundamento”.
Insisto, el desarrollo del pensamiento crítico impone la necesidad de lograr que los estudiantes aprendan a reflexionar, a razonar.  Donde razonar es una capacidad humana que permite discernir entre lo verdadero y lo falso.

Fuente:  Revista Dinero

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