viernes, 13 de julio de 2007

EL CHISTE Y LA SABIDURIA

El chiste, el acertijo y la broma son excelentes y necesarísimos ingredientes de la sabiduría, ya que su esencia es precisamente la ruptura del orden lógico y del conocimiento formal con alguna salida que, como una chispa, ilumina bruscamente el entendimiento con una novedad, se desgrana en risa y deja un sabor de ingenio en la mente.

De la tradición hasídica he aquí un tratado mínimo sobre la incertidumbre asumida. El rabino Eliezer se dirige en la madrugada a su sinagoga clandestina cruzando la plaza central de Varsovia, ocupada por fuerzas de cosacos antisemitas. Un oficial cosaco, ricamente montado observa con desprecio la figura del rabino y decide hostilizarlo. Se le avalanza amenazadoramente hasta acorralarlo con su corcel y le pregunta: "¿Dónde vas tan temprano, rabino?" "Quién sabe", replica el rabino humildemente. Encolerizado el cosaco le grita: "¿Cómo que quién sabe, rabino, si todas las mañanas te veo cruzar la plaza con paso decidido, seguramente hacia alguna sinagoga? Andando a la cárcel que te voy a interrogar." "Ya ves", le dice el rabino serenamente: "quién sabe."

Ahora, de la tradición sufi una anécdota sobre la fortaleza y la debilidad de la lógica y la retórica. El sin par Mulla Nasrudin, de quien continuamente se duda si es un santo o un loco, ha sido electo, con reticencias y para ponerlo a prueba, como juez local durante una semana. Llega el primer caso. Se trata de un litigio entre dos partes sobre la propiedad de un terreno. Nasrudin le da la palabra a la parte acusadora. El querelloso está tan brillante, tan seguro y es tan convincente que el Mulla se deja llevar por el entusiasmo y al final de su alocución le aplaude y le dice: "¡Tienes razón, tienes razón!" El secretario se escandaliza y le advierte al extraño juez: "¡Pero si no has escuchado a la parte contraria!" Nasrudin se calma y le da la palabra al defensor. Este también es claro y penetrante, su argumentación es excelente. Nasrudin, fuera de sí, lo interrumpe: "¡Tienes razón, tienes razón!" El secretario pierde la compostura y se levanta para inclinarse hacia Nasrudin con el dedo amenazante: "No seas idiota, no pueden tener razón las dos partes." Y Nasrudin le replica, igual de eufórico: "¡Tienes razón, tienes razón!"

A continuación una sabrosa anécdota zen sobre la falsa sabiduría. Yamoaka, un estudiante de zen, después de visitar a un maestro tras otro y sentirse cada vez más enterado llegó con el maestro Dokuon. Deseoso de mostrar su grado de comprensión le recita las verdades más profundas del zen: "La mente, el Buda y todas las cosas no existen en realidad. La naturaleza última de los fenómenos es el vacío. No hay nada de que percatarse, no hay engaño ni mediocridad. No hay nada que dar ni nada que recibir." Dokuon, que fumaba tranquilamente, se mantuvo silencioso e impasible. De repente y sin previo aviso le asestó un buen golpe a Yamoaka con su pipa de bambú. Esto enfureció al joven estudiante. "Si nada existe", inquirió entonces Dokuon con una amable sonrisa, "¿de dónde sale tanta rabia?"

Ahora un pequeño cuento taoísta. Shu Fu-Tseu era un erudito escéptico que no creía en milagros. Cuando murió su suegro y Shu lo velaba solitario, el ataúd se elevó lentamente hasta quedarse inmóvil en al aire. Shu se horrorizó y postrándose ante la caja gritó atropelladamente: "¡Venerable suegro, te ruego que no contradigas mis creencias!" Dicho esto el ataúd bajó lentamente hasta depositarse en el suelo, con lo cual Shu recobró aliviado su escepticismo.

Alfredo López Austin nos cuenta un chiste del ubicuo Pedro de Ordimales recogido de entre los indios tepecanos de Jalisco. Iban unos arrieros por el camino real cuando vieron a Pedro de Ordimales brincando para atrapar algo con su sombrero. "¡Vengan a ver el pájaro cu!", les gritó Pedro mientras cubría el suelo con su sombrero. "¿Cómo es el pájaro cu?", preguntaron los arrieros. "Muy bello", contestó Pedro. "Si quieren se los vendo. Páguenme y préstenme otro sombrero; pero no lo destapen ahora porque me sigue. Esperen a que me haya alejado." Los arrieros, deseando admirar y quizás vender el pájaro cu pagaron a Pedro lo que les pidió, le dieron otro sombrero y esperaron a que se alejara. Luego alzaron el sombrero poquito a poco y el capitán metió la mano para coger el ave. Tanteó, localizó, cerró los dedos y sintió cómo inundaba su mano un buen montón de mierda fresca.

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/152/htm/sec_16.htm

EL ORIGEN Y LA FUNCIÓN DEL CONOCIMIENTO

EL CONOCIMIENTO es una información sutil y formidable, personal y colectiva que buscamos, atesoramos y utilizamos. Es la esencia de la cultura y de las universidades, ya que lo que en aquélla se cultiva es el árbol que el mito bíblico llamó de la ciencia, y lo que define a éstas no son sus edificios, sino el lugar donde se genera, trasmite y difunde el conocimiento. Es un objetivo para el que tenemos disponible una energía intensa y misteriosa. La misma que impulsa a cualquier animal a informarse acerca de un lugar novedoso a pesar del riesgo. La que lo impulsa a mirar, oír, oler o tocar para, con esos datos, trazarse un mapa del mundo que le permita habitarlo y usarlo, en una palabra: adaptarse. Así, la función última del conocimiento es la adaptación, un asunto de vida o muerte.

El deseo de saber y su satisfacción, conocer, son el teatro de la vida misma, un drama permanente de conflicto y resolución que no sólo ha dado origen a la ciencia; mucho antes haría florecer a la filosofía, y aun antes, en la aurora del ser humano, al arte y a la técnica. Y también, aquí y allá, produjo sabiduría. Es así que aquellos pueblos que cultivaron el árbol del conocimiento cosecharon civilizaciones, culturas acabadas de sello propio, y aquellos individuos que lo labraron produjeron filosofías y enseñanzas, individuos y enseñanzas que han matizado y en más de un sentido impelido el devenir de los seres humanos sobre la Tierra.

Conocimiento y como consecuencia adaptación. Adaptación y como consecuencia evolución. Si este es el caso parecería de importancia capital detenerse a reflexionar sobre que es el conocimiento...

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/152/htm/sec_6.htm

LA VIDA EN OTROS PLANETAS

El hombre, igual que todos los seres vivos actuales, es el resultado de millones de años de evolución en los que las especies que han conseguido sobrevivir han sido las mejor adaptadas a las condiciones de vida de la Tierra. Sin embargo, se especula mucho sobre la posibilidad de colonias humanas en otros planetas en un futuro cercano, y en muchas películas y novelas aparecen seres humanos que viven, respiran y pasean tranquilamente por otras galaxias. ¿Qué problemas plantearía el vivir fuera de la Tierra para seres con un organismo diseñado para habitar nuestro planeta y nuestra atmósfera?

Una de las diferencias más perceptibles sería la atracción gravitatoria. Un hombre de 75 kg de masa (o de “peso”, como se dice vulgarmente) pesa 75 kg en la Tierra, pero pesaría mucho menos en la Luna, en Mercurio o en cualquier planeta o satélite de menos masa; por el contrario pesaría mucho más en Júpiter o en Urano. Cuanto más pequeño sea el planeta menos notaremos su atracción; nos sentiremos más ligeros, podremos saltar mucho más alto, será mucho más fácil subir cuestas, llevar cargas más grandes, etc. Los posibles habitantes del planeta podrían ser más altos y pesados que los terrícolas, podría haber más y más grandes animales voladores, y las cosas caerían al suelo mucho más despacio y con menos estrépito. En un planeta grande y pesado, subir escaleras podría ser muy agotador, nos haríamos mucho más daño al caer al suelo, tendríamos que conformarnos con levantar cargas más pequeñas, y probablemente la vida sólo sería apta para los bajitos o los delgados. Sin embargo, en el cine de ciencia-ficción los astronautas suelen andar sobre la superficie de planetas remotos igual que si estuvieran en la Tierra, sin sentirse nunca más ligeros ni más pesados.

Un problema todavía más importante que el del peso es el de la atmósfera: si ahora nos lanzaran al espacio exterior sin un traje de astronauta, naturalmente no tendríamos aire que respirar, pero, antes de poder asfixiarnos, ya habríamos muerto por congelación debido a la temperatura bajísima y también porque, a falta de una presión atmosférica que la compense, la presión de la sangre que circula por nuestras venas las haría reventar. La atmósfera, por cierto, es también la que permite la transmisión del sonido: el espacio es totalmente silencioso, a pesar de que en las películas se oigan grandes estruendos cuando una nave dispara un proyectil o se estrella. Encontrar un planeta con una atmósfera adecuada a nuestras necesidades sería un caso realmente excepcional: en primer lugar se necesitaría alguna fuente natural o artificial de oxígeno inagotable (en la Tierra las plantas generan el oxígeno que los animales consumimos), luego ese oxígeno debe formar parte de una mezcla, un “aire”, respirable para nuestros pulmones: el porcentaje de oxígeno en el aire terrestre es de un 21% en masa; un tanto por ciento más bajo significaría un mayor esfuerzo para el pulmón humano, porque para obtener el mismo oxígeno tendría que calentar una cantidad mayor de nitrógeno y otros gases inútiles para él, y por otra parte un porcentaje mucho más alto significaría un peligro altísimo de incendio y de explosión, el aire se convertiría en un polvorín. También la presión del aire debería ser, si no igual, sí similar a la terrestre, y luego está la cuestión de la temperatura: el margen térmico en el que el hombre puede vivir es muy estrecho para las oscilaciones de temperatura que se dan en el espacio. El planeta que nos acoja debería estar a una distancia razonable, ni muy cerca ni muy lejos, de la estrella más cercana, y tener por otra parte una órbita bastante regular para que los cambios térmicos a lo largo de ella no fueran demasiado bruscos. En toda la inmensidad del universo puede haber planetas que cumplan todas estas condiciones, pero serían realmente difíciles de encontrar. Por lo tanto, películas como La guerra de las galaxias, donde los humanos se pasean y respiran como Pedro por su casa por un montón de planetas distintos y lo suficientemente cercanos como para viajar de uno al otro en poco tiempo, son como mínimo muy inverosímiles.

Es probable que, si algún día hay colonias humanas en otros planetas, tengan que vivir mediante la creación de una atmósfera artificial similar a la de la Tierra, y no en las condiciones reales del planeta de acogida. Incluso el problema de la atracción gravitatoria se podría solucionar generando un movimiento con una aceleración que compensara la diferencia de gravedad entre el nuevo planeta y la Tierra (de la misma forma que cuando un ascensor empieza a subir nos sentimos más pesados). Una de las películas más realistas y correctas en ese sentido es Desafío total, donde los humanos residentes en Marte vivían en una especie de bunker gigantesco y se planteaban los problemas de la escasez del oxígeno: los ciudadanos de las colonias seguramente tendrán que pagar, junto al agua y la luz, su recibo por el aire que respiran.


José Antonio López (Vigo)
jal@greenday.zzn.com

http://ciencianet.com/ciencvsfic2.html

domingo, 15 de abril de 2007

EL PODER DE LA INTENCIÓN


Por Brian Tracy
Cualquier creencia se puede hacer realidad si es sincera y apasionada. El ser humano actúa siempre de un modo coherente con sus creencias, sobre todo con las que se refieren a sí mismo. En este sentido, rechazamos la información que contradice lo que ya hemos decidido creer, tanto si nuestras propias creencias y prejuicios se basan en hechos reales o en la fantasía.
No hay peores creencias que las autolimitadoras, aquellas que genera usted mismo cuando se considera incapacitado para algo. Así, por ejemplo, podría pensar que posee menos talento que otros o que los demás son, de algún modo, superiores a usted; o también podría haber caído en la trampa, muy habitual por cierto, de venderse por debajo de sus posibilidades o de su auténtica capacidad.
Las creencias auto limitadoras actúan a modo de frenos de su potencial, le retienen, alimentan los dos grandes enemigos del éxito personal -la duda y el miedo-, le paralizan y hacen que vacile a la hora de asumir riesgos inteligentes, necesarios para el pleno desarrollo de sus genuinas capacidades.
Para progresar, para evolucionar hacia adelante y hacia arriba en su vida y en su profesión, debe desafiar continuamente sus creencias autolimitadoras; rechazar cualquier idea o sugestión relacionada con sus propias limitaciones; y aceptar como principio fundamental que usted es una persona sin límites, capaz de hacer todo lo que han hecho los demás.
En realidad, nadie es mejor que usted ni más inteligente que usted. Si a otros les van mejor las cosas se debe, en gran medida, a que han desarrollado más su talento y sus capacidades naturales, y a que han estudiado y aplicado las leyes de la causa y el efecto a su vida antes que usted. Es muy probable que pueda hacer todo lo que haya hecho cualquier otro individuo, siempre dentro de unos límites razonables.
Todo lo que se espera con confianza se convierte en una profecía infalible. Nuestra manera de pensar y de hablar sobre el futuro de las cosas nos convierte en adivinos en nuestra propia vida. Cuando se espera y confía que ocurra algo positivo, casi siempre se hace realidad, mientras que cuando se esperan cosas negativas, el destino no suele defraudarnos.
Las expectativas tienen un efecto extraordinario en quienes nos rodean. Lo que esperamos de la gente y de las situaciones determina, más que cualquier otro factor, nuestra actitud hacia ellas, devolviéndonos nuestra actitud, positiva o negativa, como si se tratara del reflejo de un espejo.
En su vida personal, sus expectativas respecto a lo que le rodea e incluso su futuro tienden a cumplirse y ejercen una poderosa influencia en la gente y en los sucesos, tanto para bien como para mal.
El ser humano es un imán viviente que atrae invariablemente a la gente, a las situaciones y a las circunstancias que están en armonía con sus pensamientos dominantes. Esta ley explica la mayoría de los éxitos y los fracasos en la vida; es tan poderosa, penetrante y omnipresente que influye en todo lo que hacemos o decimos e incluso en lo que pensamos o sentimos.
Todo lo que tiene en la vida, ha conseguido atraerlo hacía sí gracias a su modo de pensar y a su forma de ser. Y dado que puede cambiar estos dos factores, es decir, la forma de pensar y la forma de ser, puede cambiar también su vida.
Seguro que habrá oído decir en más de una ocasión: «Dios los cría y ellos se juntan» o «Los deseos se cumplen». Son diversas formas de expresar la ley de la atracción.
Los pensamientos son muy poderosos, constituyen una especie de energía mental que viaja a la velocidad de la luz y son capaces de superar cualquier obstáculo. Ésta es la razón, por ejemplo, por la que se puede pensar en una persona, a veces desde una gran distancia, y un segundo después, suena el teléfono.... ¡esa persona al habla! Los pensamientos han establecido contacto con ella

"Estamos hartos de la invasión de la religión"

LA ENTREVISTA // LUC FERRY, POR ELIANNE ROS

Luc Ferry, Exministro de Francia, filósofo, autor de 'Aprender a vivir'


Su libro Aprender a vivir (Taurus), superéxito de ventas en Francia, intenta abrirnos los ojos sobre el verdadero sentido de la filosofía. Como padre de la ley del velo --fue ministro de Educación entre el 2002 y el 2004--, Luc Ferry (París, 1951) defiende una religión limitada a la esfera privada y reivindica una espiritualidad laica.

--¿Para qué sirve hoy la filosofía?
--Pues para lo mismo que ayer. La cuestión es llevar una vida buena, feliz. Para ello hay que superar los miedos que nos atenazan. Especialmente el mayor de todos ellos: el miedo a la muerte, la propia o la de los seres a los que queremos. Mientras estamos atenazados por el miedo no podemos acceder ni a la libertad ni a la generosidad.

--O sea, que sirve para lo mismo que la religión
--Las dos plantean la misma cuestión. Las religiones concluyen que el amor salva de la muerte. La gran diferencia es que en las religiones salvan Dios y la fe. Y la filosofía sostiene que podemos salvarnos por la razón. Si usted es creyente, estupendo, pero si no, se planteará cosas como el duelo por el ser querido.

--¿La filosofía resuelve eso?
--Imagine que tiene una varita mágica para hacer respetar los derechos humanos. No habría violaciones, ni exterminios, sería un mundo justo. Pero ello no le salvaría de envejecer o de tener un cáncer. No hemos entendido que hay un espacio intelectual que concierne a las cuestiones de espiritualidad laica. Ahí hay todo un espacio de reflexión nuevo que no es ni de la moral ni de la religión. Eso es la filosofía, siempre lo ha sido.

--En cambio, cada vez se estudia menos. No le vemos utilidad.
--Porque confundimos filosofía con reflexión moral, llamamos filósofos a intelectuales que se comprometen por Bosnia o Darfur. Eso es idiota.

--Entonces, hay pocos filósofos.
--Hemos decidido que Sartre era un filósofo porque se comprometió con Vietnam. Todo el mundo puede hacer eso. Pero las grandes filosofías --existen cinco o seis-- son otra cosa. Son estructuras intelectuales en las que encontramos abrigo frente a nuestros miedos y la fuerza para volver a la calle a afrontar el peligro.

--La filosofía nos vacuna contra el dogmatismo?
--También. Seamos francos, hoy todas las guerras, desde Irlanda a Yugoslavia o Darfour, están estructuradas por la religión. En el contexto actual, la filosofía es una medida de salubridad pública. Estamos hartos de la invasión del espacio público por parte de la religión.

--¿Por eso hizo una ley que prohíbe los signos religiosos en la escuela?
--Sí, estoy muy contento de esta ley.

--Pero tiene efectos secundarios. Surgen escuelas musulmanas...
--La gente no sabe que Francia tiene cinco millones de musulmanes y un millón de judíos. En el 2002 se produjo un reflejo de la segunda intifada en la escuela. Hubo muchos ataques antisemitas, que no tenían nada que ver con la extrema derecha, sino con el 11-S y la guerra israelo-Palestina. Había que intervenir.

--Pero si cada comunidad crea su escuela, aumentan las fronteras.
--Es una cuestión de cantidad. De 12 millones de escolares, unos 1.800 van a escuelas musulmanas. En términos de integración, hemos ganado. Antes había 1.000 casos de niñas que no querían retirarse el velo. Ahora no hay ninguno.

--Usted defiende una política del sentimiento.
--Hay tres grandes valores por los que históricamente la gente se ha sacrificado: Dios, la patria y la revolución. La derecha lucha por la patria, y la izquierda, por la revolución. Hoy, en Europa, lo sagrado ha desertado de los valores tradicionales y se ha encarnado en la humanidad.

--Explíquese
--Verá, en los últimos 50 años se ha pasado de la familia tradicional, que era una unidad económica y de producción, a la familia moderna, fundada sobre el amor. Eso conlleva una sacralización del otro. Hay que reconstruir la política sobre la idea de que la vida privada es el vector de lo colectivo. Todos tenemos los mismos problemas de divorcio, de fracaso escolar, de poder adquisitivo, de padres que envejecen. Los políticos aún no lo han entendido.

--¿Y cómo deberían reaccionar?
--Aún creen que la vida privada es egoísta, pero es todo lo contrario. Nos vuelve sensibles a los demás como jamás en la historia de la humanidad. Las ONG son eso. Deberían reflexionar más en términos de generación futura, como hace la ecología. El problema de fondo no es la nación, sino qué mundo dejaremos a esos hijos a los que amamos tanto.

--Tanto amor nos hace más frágiles.
--Efectivamente, ante la muerte del ser amado estamos menos protegidos que una persona de la edad media, que tenía en la religión su red de seguridad. El hombre moderno tiene menos dispositivos para asumirlo, por eso vive más angustiado. La filosofía debe servirnos para reinventar la vida sin la protección de la religión, una espiritualidad laica.

miércoles, 21 de febrero de 2007

El mito de Sísifo

Sísifo era un personaje de la mitología griega que hizo enfadar a los dioses con su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y en el infierno obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio (La Odisea, xi. 593).

Albert Camus, (escritor y filósofo francés, 1913 - 1960) presenta el esfuerzo inútil e incesante de Sísifo como una metáfora de las vidas modernas consumidas en inútiles trabajos en fábricas y oficinas.

http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADsifo

martes, 20 de febrero de 2007

La Sociedad de los poetas muertos

De la Sociedad de los poetas muertos.
Autor: Walt Whitman

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría viven en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ....
"Me fuí a los bosques porque quería vivir con intención.
Quería mamar toda la savia de la vida.
Para desterrar todo lo que no era vida
Y para no, al morir, descubrir que no había vivido."

domingo, 18 de febrero de 2007

El conocimiento

Problemas típicos en la disciplina son, entre otros:
¿Sobre qué fundamentos se asienta el proceso de conocimiento?
¿Qué motiva el acto de conocimiento? ¿Cuál es su propósito?
¿Qué operaciones intelectuales se llevan a cabo para conocer algo? ¿Cómo están relacionadas entre sí?
¿Cuál es la relación entre las impresiones sensoriales y el conocimiento intelectual? ¿Cómo formamos ideas a partir del conocimiento sensorial?
¿Cuál es la relación entre conocimiento y verdad?
¿Qué objetos son cognoscibles? ¿De qué manera o maneras?
¿Cómo es la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido?
¿De qué manera la naturaleza del sujeto cognoscente afecta al acto de conocimiento?

sábado, 17 de febrero de 2007

Concepto de la Filosofía

Filosofía es pues, el sistema de los conocimientos filosóficos o de los conocimientos racionales por los conceptos. Este es el concepto escolar de la ciencia. Según el concepto mundano, es la ciencia de los últimos fines de la razón humana. Este elevado concepto da a la filosofía dignidad, esto es, un valor absoluto. Y efectivamente es también ella sola quien tiene únicamente valor interno, y sólo ella da valor a todos los demás conocimientos.
Sin embargo, se pregunta uno siempre al final, ¿para qué sirve el filosofar y el fin último del mismo, la Filosofía misma como ciencia, considerada según el concepto escolar?
En esta significación escolástica de la palabra se refiere la Filosofía sólo a la habilidad; en relación con el concepto mundano, por el contrario, a la utilidad. En el primer aspecto es, pues, una doctrina de la habilidad; en el último, una doctrina de la sabiduría, la legisladora de la razón, y el filósofo, en la misma medida, no artífice de la razón, sino legislador.
(KANT, “Introducción a la lógica”).


domingo, 11 de febrero de 2007

El saber filosófico



"El pensador "de A. Rodin
Recuerdo que cuando estaba estudiando la carrera en la universidad una noche tomando unas copas en un bar me presentaron a una persona y me preguntó lo típico:

- "¿Qué haces?". Yo le respondí tan tranquilo:

- "Estudio Filosofía". Me miró con cara de asombro y un cierto aire de desprecio y me dijo:

- "Pero, ¿Eso sirve para algo?". Yo le conteste sonriendo:

- "Quizás a mí no me sirva de mucho pero a ti al menos te sirve para poder hacerme esa pregunta?".

Se alejó cariacontecida, un tanto cortada, pero no podía darle una respuesta más rápida en un lugar como aquel porque en realidad su pregunta encerraba muchas otras preguntas que requieren bastante más tiempo para responder:
¿Por qué el ser humano se pregunta por el sentido de las cosas o de su propia vida?,
¿Qué es lo que le diferencia del resto de los animales y le permite plantearse estas cuestiones?,
¿Qué tipos de discursos se pueden elaborar para intentar interpretar la realidad y dar respuesta a esas preguntas?,
¿Qué es el mito?, ¿Cómo responde a esas preguntas?,
¿Qué es la filosofía?, ¿Qué la diferencia de otros tipos de saber como el mito, la religión o la ciencia?,
¿Qué sentido tiene y qué necesidad hay de plantearse cuestiones filosóficas?,
¿Somos todos filósofos?, ¿Se puede vivir sin filosofar?, ¿Qué consecuencias tiene?,
¿Qué utilidad tiene la filosofía?, ¿Qué cuestiones intenta aclarar?,
¿Cuándo aparecieron los primeros filósofos?, ¿Cómo ha evolucionado la historia de la filosofía?, ¿Qué papel han tenido las mujeres en ella?
Bien, era el momento de bailar y divertirme. Ahora en clase será el momento de empezar a pensar todos juntos sobre ello.
http://www.xtec.es/~jgonza51/

sábado, 10 de febrero de 2007

Mitología griega

Mito de la sucesión (Mitología griega)
Urano (el cielo) odia a los hijos que tiene con su madre Gea (la tierra) y los esconde en los abismos de ésta. La madre prepara una emboscada contra Urano y sólo el hijo menor, Cronos (el tiempo), decide enfrentarse a su padre. Gea le entrega una hoz dentada y cuando Urano se une a Gea en amoroso abrazo, Cronos corta los genitales de su padre y los arroja al mar.
La castración de Urano produce gotas de sangre que al caer a tierra originan las Erinias, las Gigantes y las Ninfas Melias. Las Erinias son las diosas encargadas de castigar a los parricidas, su aspecto es horrible (cabellos de serpientes y en sus manos serpientes que son látigos) y son tres: Alecto, Tisífone y Meguera. Los Gigantes son seres colosales, con poder semejante a los dioses, pero mortales. De las Ninfas Melias no conservamos sus nombres.
Al caer los genitales al mar, producen una espuma de la que surge la diosa del amor, la belleza y la pasión, Afrodita (Venus).
Cronos ocupa el poder y se casa con su hermana Rea. Tiene seis hijos (Hestia, Deméter, Hera, Hades, Poseidón y Zeus). Pero por una predicción de Gea, Cronos se entera que también él será destronado por uno de sus hijos. Para evitarlo, según nacían los iba devorando. Este proceder no gustó a Rea y decidió dar a luz a su último hijo (Zeus) lejos de su padre (en el monte Licto, Creta). En lugar de a Zeus, Rea le dio a engullir a Cronos una piedra envuelta en pañales.
Zeus crece en Creta amamantado por la ninfa Amaltea con leche de cabra. Al crecer Zeus, consigue que su padre vomite a sus hermanos y con ellos la piedra que se tragó engañado, piedra que Zeus llevó a lo que hoy día es el santuario de Delfos, donde aún hoy puede visitarse (aunque es copia de época romana). Después libera a los Cíclopes (seres monstruosos de un solo ojo en la frente) y a los Hecatonquires (seres de cien brazos).
Zeus, ayudado por sus hermanos y algunos titanes, se rebeló contra su padre, ayudado éste último por el resto de titanes. Tras diez años de lucha, Cronos y los titanes que le ayudaron fueron encadenados en el Tártaro bajo la vigilancia de los Hecatonquires. Los vencedores se repartieron el poder: Poseidón el dominio del mar, Hades el mundo subterráneo y Zeus el cielo, siendo éste último considerado a partir de entonces el dios supremo y padre de todos los dioses y hombres. Zeus ocupa el Olimpo, monte donde se decía que se encontraba la morada de los dioses.
Así es como acaba el mito de la sucesión.

FILOSOFAR

"Pues he aquí lo que sucede: ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es, ni filosofa todo aquel que sea sabio. Pero a su vez los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse sabios, pues en esto estriba el mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni bueno, ni sabio y tener la ilusión de serlo en grado suficiente. Así, el que no cree estar falto de nada no siente deseo de lo que no cree necesitar"
Platón: Banquete, 203 D-204 B