Por Laura Restrepo
15 de noviembre 2020
S
alve, abuela, te digo aunque eres casi una niña,
Lucy, porque pese a tus tres
millones y pico de años, se
calcula que debiste morir
a los 25. Y qué pequeñita eres, y qué
graciosa, una mujeruca de apenas
un metro diez, y eso que estás más o
menos erguida, porque inauguraste
la costumbre andar de pie. Por ahí
vas tú, muy desenvuelta en dos patas, o mejor dicho piernas según las
llamamos hoy día: esta negrita que
va caminando, esta negrita tiene su
tumbao, te cantaría Celia Cruz, la
guarachera mayor, para celebrar
tu recién adquirido garbo.
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